Es común que en las aulas se le pida al alumnado que atienda, que esté en silencio y que sea respetuoso entre sí. Muchas veces sin el resultado esperado. Sabemos que la práctica de mindfulness implica dotar a al alumnado con ciertas habilidades que les facilita realizar estas conductas que les solicitamos. Ya que es probable que no conozcan la mejor forma de llevarlas a cabo ni el placer que reside en ellas.

Al igual que otros ámbitos importantes de la sociedad, la educación también ha sido un foco de investigación en el campo de la meditación. Y aunque todavía se encuentra en su infancia, ya existe una amplia bibliografía académica sobre los usos y beneficios de la Consciencia Plena en el ámbito educativo. Yo personalmente (Luis) realicé mi tesis doctoral en este ámbito, donde el alumnado de las clases de “A” de 3º a 6º del colegio Torresoto (Jerez) realizó prácticas de Consciencia Plena cinco minutos diarios durante 5 meses, mejorando en atención, creatividad, rendimiento académico (calificaciones), así como su clima de aprendizaje (Control de Impulsos y Aceptación de Iguales) con respecto a las clases del grupo “B” que no meditaron.

El programa que proponemos está dirigido a profesores, padres y personal escolar. Para que se sientan capacitados para implementar prácticas de Consciencia Plena en el ámbito escolar y familiar.

Las prácticas que se enseñan están pensadas para integrarlas en la agenda diaria (alrededor de 5 minutos). Al mismo tiempo que se muestra la manera de aplicar una Educación Consciente de manera implícita en el resto del currículum académico.